miércoles, 5 de mayo de 2010

Cuando cierro los ojos veo oscuro, y eso me gusta porque me recuerda a la noche. Cierras un ojo después de otro y relajas tu cuerpo a la par que la mente, dejas llegar tu imaginación hasta tales puntos que aún cuando te levantas recuerdas todo lo que soñaste en esas horas que te dan la vida , por decirlo de algún modo.

Te duermes pensando en algo o alguien y te levantas con una incógnita, así como la vida misma.
¿Cómo podemos llegar a ser tan subrealistas? o simplemente diferentes unos a otros. Otra incógnita incontrolable...échate a dormir y sueña un poco con ello. Luego cuando llegues a una buena conclusión repartes las ideas en diferentes hojas y acabaras sabiendo que no sabes nada. Al igual que el 99% de la población restante.

Pero mira, no somos tan diferentes...

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